La actriz habla en una entrevista sobre sus básicos de armario, sus sensaciones al rodar la boda con Robert Pattinson y sus perspectivas de futuro
Han pasado cuatro años desde que Robert Pattinson y Kristen Stewart saltaron a la fama mundial gracias a la primera película de la saga «Crepúsculo». Desde entonces, ambos se han labrado una carrera ante las cámaras y la historia de amor de la ficción se ha consolidado en la vida real.
Stewart tenía 18 años cuando estrenó la primera película de los vampiros. Hoy, con 22, suma un nuevo éxito de taquilla con el estreno de la última película, la primera parte de «Amanecer», y se ha convertido en ídolo de adolescentes e icono de estilo en medio mundo.
La actriz rompe su habitual celo de privacidad, provocado porque a veces se ham malinterpretado sus palabras («Sí, ¡y me molesta mucho! Las falsas impresiones, ¡es lo peor! Eso es lo que definitivamente me hace cuidar cada palabra que digo. Incluso ahora estoy pensando en cómo puedo hablar acerca de esto... Uno tiene que tener un filtro») y concede una entrevista para el próximo número de la revista «Glamour».
Stewart recuerda con emoción los últimos días de rodaje de la película: «La última noche de rodaje me estaba peinando y llorando al mismo tiempo, tuve que caminar unos segundos, estar sola, porque no me salía ni la voz». Quizá también por la extraña sensación de darse el «sí quiero» en la ficción con su novio de la voda real: «Sí, esa última noche yo estaba exhausta y fue curioso porque Rob (Pattinson) estaba incluso mucho más enérgico que yo», dice.
Justo cuando terminó el rodaje, Stewart cumplía los 21 y lo celebró con toda la «familia» de vampiros: «Los cumplí el mismo fin de semana de la fiesta de despedida de Amanecer. Fue una gran suerte porque estaban todos allí, pero no me tenía que sentir como la chica del cumpleaños. Aunque supongo que me siento mayor, es increíble darte cuenta de que gran parte de las inseguridades que uno tenía cuando era más joven han desaparecido en su mayoría.»
La actriz también reconoce todo lo que debe a su personaje en la saga, y con el que ha conseguido hacer realidad sus sueño de ser actriz: «Me gusta mucho Bella. Para interpretar un personaje así, uno tiene que creer cada decisión que ella tome, por muy loca que sea», asegura. Pero está dispuesta a mirar adelante: «Me queda mucha carrera por delante», afirma.
A pesar de que sus últimas apariciones en la alfombra roja le han convertido en un referente de estilo y le han incluido en las listas de las mejor vestidas, ella no se considera ningún icono: «Tengo mi propio uniforme, me siento a gusto con una sudadera y una capucha... No importa de que humor esté. Y no hay nada mejor que abrir un nuevo paquete de camisetas de cuello en uve blancas. Para mí, cambiar de estilo es ponerme una nueva camiseta por una vieja. Y necesito bolsillos, porque si llevo un bolso lo perdería a propósito.»
Sobre su historia de amor con Pattinson, Stewart no suelta prenda, pero sí se anima a dar su particular consejo para una buena relación: «Para mí es importante ser honesta y conocerte bien a ti misma. No ser mala persona y no aceptar nunca cosas que puedan ir en tu contra. Ése es mi consejo. Nunca te conformes».
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