sábado, 6 de agosto de 2011

Descanse en paz. El Mejor Cabello 2008-2011


Nuestro editor rinde homenaje al brillante rompecorazones de Crepúsculo, Robert Pattinson, con su seductor corte de pelo, que fue masacrado la semana pasada.


Nunca olvidaré cuándo entró en mi vida. Era un día de esos en que ves el vaso medio vacío, en los que tienes un fuerte dolor de cabeza y empiezas a creer que el mito acerca de que tu cuerpo lentamente va hacia abajo después de los 21 años, puede ser cierto. Yo estaba comiendo pizza fría. Mi DVD estaba roto y, por lo tanto, no estaba pasando los anuncios cuando empezó un anuncio de Volvo. ¿Qué clase de Volvo? No os lo podría decir. Veis, no era el coche bonito en que se fijaban mis ojos. Era Robert Pattinson –específicamente su pelo. Me mordí los nudillos. No puedo recordar si dije “mierda” de forma audible o simplemente me lo dije a mí mismo, pero aquel momento significó un nuevo comienzo.
Hay chicos por ahí, que hacen como las chicas, que buscan fotos de otro chicos, por ejemplo en Venice Beach que se echan sobre sus pechos desnudos 450 libras de hierro mientras resoplan. Motivación. Esto mismo. Exceptuando cómo viste mi chico, decentemente.
Es una estupidez la cantidad de cosas que hacemos cuando estamos desesperados, pero ya que soy un soñador, intenté dejarme crecer el pelo, dejé de cortármelo solamente para descubrir que el mío crece hacia afuera en lugar de hacia abajo y además con remolinos. Después de leer que Pattinson renunció a utilizar champú, estuve días, semanas, hasta un mes (es una historia verdadera) sin lavármelo, de modo que llegué a tener un pelo bonito y dócil. Estoy seguro de que mi pelo olía fatal. Vi una entrevista en que Kristen Stewart reveló que se estiraba y se enrollaba sus mechones de cara al espejo y, por ese motivo, yo también intenté hacerlo, retorciéndome el pelo hasta que alguien me preguntó de qué era el nido que llevaba en la cabeza y decidí ir al peluquero.
Desde entonces, me puse en mi lugar –todavía veo la melena de Pattinson crecer y desarrollarse en el transcurso de sus pocos años con nosotros. A veces como un Pompadour de contenidas alturas. Otras, como una mata de pelo mesada con los dedos. Últimamente, más sometido, corto y con un brillo aceitoso de gloria inmortal. Desde luego, sus días estaban contados.
Es divertido –mirando a la cabeza salvaje como la que siempre tuviste la sensación de que debería vivir rápidamente y morir joven. Hace casi una semana, pero no puedo dejar de pensar en esa imagen. Destrozado y descuartizado. Medio afeitado, como Rosie. ¡Expuesto con el Comic-con como un premio! No.
Siempre conservaremos ese momento, cristalizado en el tiempo, accesible a través de YouTube, en que el bastardo de Crepúsculo está saliendo por una puerta, con un estilo de peinado accidental, cada pelo agitado al viento, como un dios, siempre joven.

Andrew Richdale es un editor asociado de la revista GQ. Lo podéis seguir en@terichdale.

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